BARTOLOMÉ BELTRÁN, JEFE DE LOS SERVICIOS MÉDICOS DE A3MEDIA

viernes, 13 de mayo de 2016 / 16:30

Hablé con la Dra. Natalia Jiménez y me contó que la teoría de la fototermólisis selectiva desarrollada por Anderson y Parrish en 1981 ha aportado la mayoría de las bases para el avance en los láseres dermatológicos. El láser actúa calentando una estructura específica de la piel hasta destruirla. Dicha estructura es destruida sin dañar el tejido adyacente porque se emplea un láser con una longitud de onda que es preferentemente absorbida por la estructura objetivo y no por el tejido del entorno. En el caso de las lesiones vasculares, esta estructura es la oxihemoglobina del interior de los vasos.

Otro concepto de interés es la Longitud de Onda. En general, a mayor longitud de onda, mayor penetrancia en los tejidos. Lesiones profundas requieren longitudes de onda mayores y viceversa.

También se debe conocer la Fluencia, que es la cantidad de energía por superficie cutánea y se mide en J/cm². La fluencia necesaria es inversamente proporcional a la cantidad de luz absorbida por el objetivo. Cuando se trabaje con longitudes de onda que se absorben pobremente, cuando se deseen tratar estructuras con menor cantidad de cromóforo, que es la sustancia que absorbe la luz, o cuando la estructura esté muy profunda, habrá que aumentar la fluencia. Aumentando la fluencia se aumenta la eficacia, pero también el riesgo de efectos secundarios como las cicatrices.

Por otra parte debemos saber cuál es el tamaño del spot, que es el tamaño del haz de láser que se aplica a la piel. Conforme aumenta el tamaño del spot existe una mayor penetración de la luz láser y habrá que reducir la fluencia.

Existen diferentes láseres en dermatología clínica-estética, que se va a caracterizar cada uno de ellos, por tener una longitud de onda y una duración de pulso /tiempo en el que se emite la energía/ característica.

Según la doctora Natalia Jiménez, dermatóloga del Ramón y Cajal, uno de los principales es Láser de colorante pulsado. Su principal diana es la hemoglobina, por lo que lo emplearemos principalmente en el tratamiento de lesiones vasculares como las malformaciones capilares (mancha en Vino de Oporto). También es un láser útil para el tratamiento de patologías no vasculares, como son las verrugas víricas, los moluscos, las estrías rojas, el acné (tanto el acné vulgar, como en la rosácea), en queloides o incluso en algunos tipos de cáncer de piel, como puede ser el Basocelular.

Otro láser que se emplea a menudo es el de Neodimio: YAG. También tiene afinidad por la hemoglobina, pero se diferencia del anterior en que actúa a una profundidad mayor, por lo que será útil para el tratamiento de lesiones vasculares profundas, como son las malformaciones venosas

Por otra parte el láser fraccionado de Erbio no ablativo, tiene como indicación principal es el rejuvenecimiento y la eliminación de cicatrices de acné. A diferencia de los anteriores, la luz del láser se administra a modo de columnas de energía.

Un Láser revolucionario es el de picosegundos, que se caracteriza por emitir la luz láser en un espacio de tiempo muy corto, del orden de los picosegundos (en un segundo hay un trillón de picosegundos). Su indicación principal es el tratamiento de tatuajes y lesiones pigmentadas benignas de la piel (como pueden ser los léntigos solares).

Y por último el láser de Erbio o CO2 continuo, que es el láser clásico, que tiene una acción similar a un bisturí eléctrico. Por ello, puede resultar interesante para eliminar lesiones sobrellevadas de la piel como por ejemplo fibromas pendulares o nevus intradérmicos.

Fuente: Gaceta Médica

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