Un intestino sano ayudaría a prevenir los efectos secundarios mortales del trasplante de médula ósea

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Un intestino sano podría ayudar a prevenir los efectos secundarios mortales del trasplante de médula ósea, según sugiere una nueva investigación.

Los autores evaluaron si los miles de millones de pequeños insectos y bacterias que viven en nuestro tracto gastrointestinal podrían ser la clave para tener más éxito en los trasplantes de médula ósea.

Hasta la mitad de los pacientes que reciben un trasplante de médula ósea de un donante desarrolla daño gastrointestinal grave por la enfermedad injerto contra huésped, un trastorno en el que las células del donante atacan el cuerpo del huésped. Es la razón por la cual los trasplantes son tan arriesgados.

En un nuevo estudio, publicado en Nature Immunology, los investigadores buscaron alteraciones en el microbioma intestinal para ver si sus metabolitos podrían afectar a los resultados después del trasplante de médula ósea y vieron que un metabolito llamado butirato se redujo significativamente en el tracto intestinal de los ratones experimentales que recibieron el trasplante de médula ósea.

Cuando los científicos elevaron el butirato en estos modelos de roedores, vieron una disminución en la incidencia y severidad de la enfermedad injerto contra huésped. «Nuestros hallazgos sugieren que podemos evitar la enfermedad injerto contra huésped mediante el fortalecimiento de la cantidad del metabolito butirato derivada del microbioma», dice el autor principal del estudio Pavan Reddy, profesor de Patología Tranlacional y jefe de la División Intermedia de Hematología/Oncología en la Universidad de Michigan.

«Si el revestimiento del tubo digestivo del tracto gastrointestinal puede permanecer sano y fuerte, puede resistir el ataque del sistema inmune del donante y es de esperar que prevenga la enfermedad injerto contra huésped», añade. Los investigadores vieron que los cambios en los microbios intestinales resultan en una disminución de butirato, pero que cuando manipularon para que los microbios volvieran a la forma original, el butirato volvió y mitigó la enfermedad injerto contra huésped.

La dieta es una manera de controlar la producción de butirato por el microbioma intestinal, específicamente a través del almidón resistente como la que se encuentra en las patatas. Los investigadores esperan comenzar un ensayo clínico a finales de este año en el que analizarán la combinación de almidón resistente con los métodos actuales de prevención del injerto contra el huésped para evaluar si pueden aumentar el butirato y reducir el injerto contra huésped.

Los métodos actuales de prevención de injerto frente a huésped implican la supresión del sistema inmune, que elimina la capacidad del sistema inmunitario del donante de causar enfermedad injerto contra huésped. Pero esto también significa que otras funciones normales del sistema inmune se ven comprometidas, como la lucha contra las infecciones o la prevención de la reaparición del cáncer.

«Este es un enfoque completamente nuevo. La idea es hacer células huésped más fuertes, que sean capaces de resistir el asalto de las células inmunitarias del donante al tiempo que se reduce el riesgo de infección o la recaída de la leucemia», afirma Reddy.

Fuente: Gaceta Médica

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