La tasa de supervivencia de los pacientes con paro cardíaco intrahospitalarios (PCR- IH) es baja. Sin embargo, un estudio publicado en la revista Medical Care, confirma que el número de enfermeras y sus condiciones de trabajo pueden variar esta tasa. “Nuestros resultados se suman a una gran cantidad de estudios que demuestran que la salud de los pacientes es mejor cuando las enfermeras tienen una carga de trabajo razonable. Por tanto, mejorar sus condiciones significa mejorar la supervivencia de los pacientes tras un paro cardíaco”, explica Matthew McHugh, director asociado del Centro de Resultados de la Salud y la investigación de la Universidad de Pensilvania (EE.UU) donde se llevó a cabo el estudio. Y es que a pesar de la posibilidad de la intervención temprana en un caso de PCR- IH, menos de la cuarta parte de los pacientes son dados de alta del hospital con vida.
Análisis
Tras analizar los datos de más de 11.000 adultos con esta patología en 75 hospitales de cuatro estados de los EE.UU, extraídos de la base de datos del programa “Get With The Guidelines-Reanimación” de la Sociedad Americana del Corazón, McHugh y sus colegas comprobaron que las enfermeras son un pilar fundamental en la atención a los pacientes con paros cardíacos intrahospitalarios, ya que son el primer eslabón de la cadena de supervivencia.
Los resultados muestran que sólo el 15% de los pacientes con PCR-IH sobrevivió hasta el alta hospitalaria después del evento. La mayoría de los PCR-IH ocurrieron en una unidad de cuidados intensivos (UCI), y el 80% fueron testificados, con un 88% de los pacientes en equipos de monitorización cardiaca cuando se produjo su paro cardíaco. Los investigadores encontraron que aunque los niveles de dotación de personal de enfermería en la UCI, no afectaron significativamente las posibilidades de supervivencia después de un PCR-IH, los niveles de dotación de personal en las unidades médico-quirúrgicas sí lo hacía, con una probabilidad de 5% menor de sobrevivir, hasta el alta, por cada paciente adicional por enfermera.
“Casi la mitad de los PCR- IH ocurren en las unidades de médico-quirúrgica, que a su vez son las áreas que tienen los niveles de dotación de personal más variables y los entornos de trabajo más problemáticos”, señala McHugh. Y es que los investigadores sostienen que tener demasiados pacientes para atender les impide dedicarles más tiempo, controlarles más de cerca, identificar los cambios en la condición del paciente e intervenir para salvarles la vida cuando, ya que los segundos cuentan.
“Invertir en personal de enfermería y mejorar sus entornos de trabajo es una estrategia importante para lograr resultados excelentes en los pacientes”, aseguran los investigadores.
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