El ejercicio tiene que prescribirse como si fuera una pastilla” porque el sedentarismo es “la pandemia que va a marcar el envejecimiento poblacional” advirtió el presidente de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (Semeg), Álvaro Casas.
El experto hizo estas declaraciones en una jornada por la humanización de la atención sanitaria en el ámbito de la prevención cardiovascular y el envejecimiento activo celebrada en el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) de Madrid.
Casas también planteó el problema de la “transición demográfica y epidemiológica” que hay en España, ya que la población con muchas enfermedades y es necesaria más preparación”. Además, recordó que los pacientes mayores “tienen necesidades diferentes” y estas deben satisfacerse de otra manera, mediante el fomento de programas de pacientes mayores y con más formación para los profesionales sanitarios.
Por su parte, el jefe del Servicio de Neurología del Hospital Ramón y Cajal, Jaime Masjuan, dijo que “ha habido un cambio muy fuerte en los últimos 15 años en las enfermedades cardiovasculares” y destacó el crecimiento de las unidades de ictus en los hospitales.
Prevención entre los 35 y 55 años
Cada año 120.000 personas sufren un ictus en España, un riesgo “al que hay que prestar atención” ya que uno de cada ocho pacientes tiene entre 35 y 55 años, explicó Masjuan.
El especialista insistió en las tareas de prevención porque una de cada tres personas que sufre este problema tendrá luego discapacidad severa.
La prevención también importa para el jefe del Servicio de Cardiología del Hospital de Galdakao, Iñaki Lekuona quien señaló que una de las “grandes epidemias” en el ámbito cerebrovascular en la actualidad es la fibrilación auricular.
“Un tercio de estos pacientes tiene riesgo de desarrollar una embolia cerebral y se estima que un 50 o 60 por ciento puede desarrollar discapacidad, de ahí la importancia de prevenir”.
Lekuona animó a “responsabilizar al paciente de su propia salud”.
