Las heridas crónicas y/o úlceras por presión pueden desembocar en complicaciones graves en la salud y la calidad de vida, aumentando notoriamente el riesgo de mortalidad. “Es algo que nos encontramos diariamente en consulta sin embargo, en relación a la formación que hay a día de hoy, son pocas las alternativas que se encuentran y casi anecdóticas las que tratan de manera específica el manejo de las heridas crónicas. Existe además una falta de implementación de las nuevas tecnologías y una falta de indicadores terapéuticos de cronicidad de estas lesiones. Y una de las partes más importantes es la escasez de unidades multidisciplinares donde derivar estas lesiones”, explica Raul Molines, miembro del equipo de investigación de la Escuela de Enfermería, Podología y Fisioterapia de la Universidad Complutense de Madrid.

Molines participa en el I Simposio Internacional de Medicina Hiperbárica y Heridas Crónicas celebrado hoy en Madrid con una exposición sobre “Pasado, presente y futuro en el abordaje de úlceras crónicas”. A lo largo de su ponencia este enfermero mostrará una fotografía de cómo ha evolucionado el manejo de estas heridas en los últimos años, destacando la necesidad de implementar las terapias avanzadas dentro del marco de consenso mediante el Algoritmo TIME. “El camino recorrido ha sido importante, pero sigue faltando mucho por recorrer. Existen a día de hoy muchas lagunas en relación a una falta de especialización en cada una de las disciplinas que manejan estas lesiones”, explica Molines. “En los últimos 14 años, hemos experimentado un crecimiento exponencial sobre las terapias aplicadas a las heridas crónicas, gracias a un elevado número de investigaciones en este ámbito, así como a la implicación de la industria farmacéutica en el desarrollo de apósitos basados en la cicatrización por segunda intención. Se ha visto una evolución positiva, de tal modo que hemos pasado de ideas aisladas e iniciativas personales, basadas en la opinión de expertos, a la instauración de consensos, herramientas sencillas como el algoritmo TIME y guías internacionales en el tratamiento de estas lesiones”, prosigue el enfermero.

Actualmente existe un amplio arsenal terapéutico tanto de terapias locales como avanzadas para aplicarlas en estas lesiones, “aunque es cierto que en muchos casos estas terapias sigue siendo inalcanzables por limitaciones económicas, de formación y de infraestructuras. Por lo que es necesario seguir realizando estudios exhaustivos que permitan evaluar y demostrar la rentabilidad de estas terapias antes de que se pueda aceptar para su uso general”, relata Molines.

Enfermería

El papel de la enfermería es fundamental ya que son estos profesionales el primer contacto con el paciente. “Suele ser el profesional que más implicación tiene en el manejo de estos pacientes, pudiendo abordar no sólo aspectos propios de la úlcera, como la elección y aplicación de las pautas locales, sino del paciente y su entorno”, argumenta. “Son el nexo de unión de los equipos sanitarios, colocándole en una posición favorable para gestionar los recursos y permitiéndole realizar una oportuna derivación en caso de complicaciones o estancamiento de lesiones. Por eso, es necesaria la especialización e implantación de unidades multidisciplinares”, finaliza.

ALICIA ALMENDROS

Implementar unidades multidisciplinares de heridas crónicas, asignatura pendiente

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