La ONT forma a especialistas internacionales para combatir el tráfico de órganos

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«Una nueva forma de esclavitud. El tráfico de órganos es la explotación del hombre por el hombre en pleno siglo XXI y hay que combatirla a toda costa». Quien habla es Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) justo antes de que se inaugure en Madrid un taller internacional que pretende dar un paso más en la lucha contra esta «lacra que vulnera derechos fundamentales».

En concreto, el objetivo de las jornadas que se celebran hasta el próximo jueves tiene como objetivo formar a especialistas sanitarios de todo el mundo en cómo abordar el problema. Porque los médicos, subraya Matesanz, «tienen un papel fundamental» a la hora de «prevenir, detectar y crear una red internacional para informar y registrar» este tipo de delitos.

Según explica el director de la ONT, en España se han frustrado en los últimos años tres intentos de comercialización de órganos humanos, y en los tres casos la colaboración de personal sanitario con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado ha sido clave.

El taller, que está organizado por la Dirección Europea de Calidad de los Medicamentos y la Asistencia Sanitaria del Consejo de Europa en colaboración con la ONT, es una iniciativa que sigue la senda iniciada el año pasado con la firma en Santiago de Compostela del primer tratado internacional que de forma fehaciente pretende combatir el tráfico de órganos. El convenio se firmó en España en reconocimiento del sistema español de trasplantes y su amplia experiencia.

Lo primero que pretende el taller es crear una red de profesionales interconectados que sean responsables de la lucha contra el tráfico de órganos. Además, explica Matesanz, también se busca establecer las bases para conocer la magnitud real de la compra-venta de órganos en todo el mundo. «Se considera que alrededor de 10.000 trasplantes al año se realizan bajo algún tipo de comercialización, aunque en realidad es una estimación que se hace teniendo en cuenta los cerca de 120.000 trasplantes que se llevan a cabo anualmente por los cauces legales», apunta. «Queremos conocer el alcance del problema». Y, para ello, una de las herramientas que se plantean es la creación «de un sistema de notificación obligatoria» de casos de tráfico de órganos y turismo de trasplante.

Este registro obligaría, por ejemplo, a que los sanitarios tengan que informar a las autoridades si reciben en su centro a un paciente que se haya realizado un trasplante en el extranjero. «El trasplantado se convierte en un enfermo crónico, por lo que sí o sí va a necesitar seguimiento médico. Y hay que aprovechar esa circunstancia para realizar un control de posibles casos irregules«, señala Matesanz.

Además de elaborar protocolos nacionales y códigos de conducta para los profesionales, también se van a presentar ejemplos de intento de tráfico de órganos y se discutirá la forma en la que se han manejado.

En los últimos años se han registrado delitos de tráfico de órganos en Pakistán, Blangladesh, Filipinas, Turquía, Israel o China, aunque Matesanz subraya que ningún país está exento de este tipo de problemas. «En países pobres y desestructurados es donde más fácilmente se han llevado a cabo este tipo de delitos. Pero en muchos casos los compradores han sido ciudadanos occidentales. De EEUU, Japón, Europa, Israel…».

En el caso de Israel, explica, se llegó a dar la circunstancia de que los seguros incluso reembolsaban los costes gastados en el extranjero con trasplantes ilegales. «En 2008 se puso fin a esa práctica y recientemente un sistema de notificaciones ha permitido desmantelar algunas bandas que se lucraban con el tráfico de órganos», explica.

Por otro lado, el taller también abordará el tráfico de órganos y el turismo de trasplantes desde una perspectiva. España fue pionera en 2010 en tipificar el tráfico de órganos como delito en el código penal. Ahora tiene pendiente ratificar los compromisos de lucha contra estos delitos adquiridos tras la adhesión al convenio internacional firmado por los países del Consejo de Europa. Según explica Matesanz, la causa de que aún no se haya ratificado la firma ha sido el hecho de que hasta hace muy poco hubiera en nuestro país un gobierno en funciones.

Fuente: El Mundo

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