martes, 15 de septiembre de 2015 / 16:00

La investigadora de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Ana Rodríguez ha evaluado por primera vez los efectos de aplicar un programa de fisioterapia de ejercicios respiratorios tras una operación de pulmón, comprobando que su realización reduce de manera significativa la tasa de complicaciones posoperatorias y la estancia hospitalaria en dos días, ya que acelera la recuperación de la persona tras la operación. Tras la resección pulmonar, una de las intervenciones más dolorosas, la fisioterapia respiratoria también enseña a controlar ese dolor y a aumentar la capacidad pulmonar.

Hasta el momento, se había analizado la influencia que tiene la fisioterapia respiratoria preoperatoria en las intervenciones de resección pulmonar; sin embargo, no había constancia de la influencia que un programa basado en ejercicios respiratorios podía tener en la recuperación posoperatoria de una persona que hubiera sufrido la extirpación de un segmento del pulmón, de un lóbulo, dos lóbulos o incluso de todo un pulmón. Para realizar la investigación, Rodríguez comparó los resultados de dos grupos de pacientes (en total 237) del Complejo Hospitalario de Navarra. El grupo de control—formado por 114 pacientes de los años 2006/07— no recibió tratamiento de fisioterapia posoperatorio, y el grupo experimental —123 pacientes de los años 2009/10—sí recibió asistencia en fisioterapia respiratoria, con sesiones diarias de 20 minutos desde el día siguiente a la operación y hasta el alta hospitalaria.

Durante una intervención quirúrgica de este tipo, el pulmón debe permanecer colapsado; es decir, se le extrae el aire para volvérselo a insuflar una vez finalizada la intervención. Sin embargo, en el proceso este órgano no recupera toda la capacidad respiratoria. La merma afecta sobre todo al pulmón operado, pero también a su compañero. La función de la fisioterapia respiratoria posoperatoria es ayudar a que ambos recuperen su capacidad de expansión en un primer momento y que las secreciones mucosas no se acumulen en el árbol bronquial y en los alveolos distales. De esta forma, se evitan complicaciones posoperatorias como, por ejemplo, la insuficiencia respiratoria y la aparición de atelectasias (el colapso de algunos alveolos, algo muy común tras una cirugía). La investigación recoge que un 30,7 por ciento de las 114 personas del grupo de control sufrió complicaciones, mientras que en el grupo experimental (123 pacientes) esa tasa se redujo de manera significativa al 17,89 por ciento.

El programa de fisioterapia consistió en sesiones diarias de tratamiento de 20 minutos de duración para lograr la reexpansión pulmonar, facilitar el drenaje de secreciones y corregir alteraciones biomecánicas respiratorias y posturales. «Cuando entras en la habitación al día siguiente de la operación, la persona está rodeada de aparatos, con sondas, con drenajes pleurales. Hay que hacer una valoración inicial y empezar a trabajar en los ejercicios. El paciente o la paciente tiende a respirar de forma superficial, a no toser a no suspirar, porque en cada momento de la respiración siente dolor, a pesar de que el equipo médico realice un adecuado control farmacológico del dolor», relata Rodríguez.

Junto con los mecanismos de defensa que activa ante el dolor, la persona intervenida tiende a reducir su movilidad y hacer reposo; sin embargo, la mejor estrategia para recuperarse es moverse. «Por ello, —explica la investigadora— el equipo trabaja con ella para explicarle lo importante que es su implicación activa en su recuperación y para insistir en que realice los ejercicios, que comience a sentarse y a deambular de forma temprana, ya que el propio ejercicio físico ayuda y acelera el proceso de recuperación».

En la fisioterapia respiratoria posoperatoria se realizan ejercicios dirigidos a generar diferentes flujos y volúmenes de aire para aumentar la capacidad de ventilación pulmonar. Se utiliza un incentivador volumétrico, un aparato con un émbolo que marca la cantidad de aire que ha entrado en los pulmones. Además se reentrena la tos efectiva para facilitar la expulsión de las secreciones acumuladas. Y, sobre todo, se educa a la persona para que tome parte activa en el proceso de recuperación. «Son pacientes que agradecen el trabajo realizado y que además saben que los ejercicios de fisioterapia aprendidos les serán muy útiles cuando regresen a casa», afirma la fisioterapeuta.

Fuente: Gaceta médica

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