La llegada de la polipíldora cardiovascular como terapia de sustitución en prevención secundaria ha supuesto una revolución en el tratamiento de los pacientes con patologías del corazón. Así lo están asegurando, desde hace tiempo desde la Sociedad Española del Corazón (SEC). Su eficacia y seguridad, tanto para evitar nuevos eventos cardiovasculares como para garantizar una mayor adherencia por parte del paciente, han posicionado al policomprimido como una clara opción para el Sistema Nacional de Salud.
La polipíldora cardiovascular es un comprimido para la prevención secundaria que contiene ácido acetilsalicílico, para prevenir la formación de trombos; ramipril, para controlar la presión arterial y el remodelado ventricular; y atorvastatina, para controlar los niveles de colesterol. Tras su aprobación en España en 2015, cinco sociedades médicas, entre ellas la SEC, redactaron un documento de consenso para su uso clínico. Ahora, un estudio publicado en el último número de Revista Española de Cardiología (REC) ha estimado los beneficios en salud y el coste-eficacia del policomprimido.
La investigación analizó la eficacia de la polipíldora a lo largo diez años en población de más de 40 años con antecedentes de infarto agudo de miocardio y susceptibles de sufrir un síndrome coronario agudo, ictus no fatal, insuficiencia cardiaca congestiva que requiere hospitalización, procesos de revascularización no planeados o muerte asociada a problemas cardiovasculares. “Los resultados evidencian que tomar el policomprimido en lugar de sus monocomponentes podría evitar 46 eventos cardiovasculares no fatales y 11 fatales por cada 1.000 pacientes tratados”, explica Vivencio Barrios, miembro de la SEC, quien asegura que, cuando se analizan los eventos cardiovasculares de pacientes a los que se prescribe conjuntamente los tres fármacos, se observa una menor tasa de eventos que cuando se prescriben únicamente dos o solo uno de los componentes. Sin embargo, y a pesar de que las guías de práctica europeas para pacientes con enfermedad coronaria recomiendan el uso conjunto, “la realidad es su indicación en España se da en el 53,3 por ciento de los casos, además de presentar variabilidades notables entre hospitales en su prescripción, situación que aún se agrava más si se considera la baja adherencia terapéutica por parte del paciente, una de las principales preocupaciones de los profesionales sanitarios”.
En términos económicos, la cifra que se estima para que un tratamiento sea coste-efectivo es de 30.000 euros por año de vida ajustado por calidad. “En nuestro caso, la premisa de coste-efectividad se cumple de forma contundente, incluso en la hipótesis de varios escenarios propuestos en el estudio que no eran favorables para la polipíldora”, apunta . Barrios.
Las ventajas de la polípildora en términos de prevención de nuevos eventos cardiovasculares se manifiestan por la facilidad y comodidad de la toma de la misma, que permite facilitar la adherencia de los pacientes. El estudio demuestra que, a los 15 meses, la facilidad en la toma de la polipíldora garantiza un mayor cumplimiento por parte del paciente, concretamente un 76 por ciento.