Trabajar fuera del horario laboral impide desconectar, según un psicólogo
La flexibilidad laboral puede ser prejudicial para la salud, según advierten varios expertos británicos, que previenen contra la presión «extra» sobre los trabajadores en su tiempo libre, la imposibilidad de «desconectar» y la sensación de aislamiento al trabajar la mayor parte del tiempo desde casa.
La voz de alerta la ha dado, entre otros, el psicólogo y profesor de Salud Ocupacional, Gail Kinman, en un estudio realizado en la Universidad de Bedfordshire.
«Un problema muy habitual es la necesidad de mandar emails y aceptar llamadas fuera del horario laboral, lo que impide «desconectar» a nuestros sistemas y recuperarnos adecuadamente», advierte Kinman en The Guardian. «Al dormir con esta sensación, no lo hacemos adecuadamente y la capacidad de nuestro sistema inmunológico se reduce».
«El trabajo se ha hecho más intenso gracias a la tecnología, que fuerza a la gente a trabajar más rápido, a hacer más y a practicar el multitasking (tareas múltiples)», asegura Kinman. Un estudio del Oficina de Comunicación británica (Ofcom) reveló el pasado verano los británicos pasan más tiempo al día interaccionando con la tecnología que descansando.
La investigación del profesor Kinman ha descubierto también la tendencia del«presentismo laboral» (la gente trabaja incluso cuando está enferma) y la propensión al alcohol y la «comida basura» como gratificaciones instantáneas (el tiempo para comer y para hacer ejercicio es cada vez menor).
El profesor Simon Wessely, al frente del Colegio Real de Psiquiatras británicos, se ha sumado también a la preocupación general: «No sabemos exacatamente por qué, pero hay una buena evidencia de la relación entre las circunstancias psicológicas en el trabajo y los ataques al corazón».
Dos de cada tres compañías británicas ofrecen a sus trabajadores opciones de «flexibilidad» con la idea de una mejor conciliación entre la vida laboral y familiar.Las barreras entre una y otra se han difuminado sin embargo de tal manera que los horarios se hacen interminables: miles de trabajadores comienzan y acaban sus días leyendo y respondiendo a los correos electrónicos.
Wessely pone además sobre la mesa dos factores que desequilibran definitivamente: la precariedad económica y aislamiento social… «Para alcanzar realmente un equilibrio es necesaria cierta estabilidad, un trabajo que dé sentido y una red de apoyo social».
El doctor John Ashton, presidente de la Facultad Británica de Salud Pública, lleva dos años advirtiendo sobre la paradoja de la «flexibilidad laboral» y asegura haber encontrado la panacea: las semanas de cuatro días laborales.
«Nos encontramos básicamente ante un problema de mala distribución del trabajo«, asegura el doctro Ashton. «Mientras una parte de la población trabaja demasiado duro y padece las consecuencias negativas del estrés, otra parte está condenada al desempleo o a la precariedad laboral».
Trabajar menos, trabajar todos… El viejo lema cobra un dimensión médica gracias a a la labor infatigable de Ashton, que asegura que trabajar de lunes a jueves redundaría en una sociedad «más feliz y más saludable». El 57% de los trabajadores británicos apoya la idea y el 51% está de acuerdo en que el Reino Unido sería «un lugar más feliz» si se trabajaran cuatro días a la semana.
CARLOS FRESNEDA